“La Revolución tiene que librar la batalla en el exterior también para mantener bien informados a los pueblos. La Revolución tiene que buscar amigos en el exterior, tiene que buscar plumas brillantes, tiene que buscar escritores honestos, tiene que buscar todas aquellas personas que sean capaces de pensar honradamente y dar un juicio justo acerca de este proceso, para que nos visiten, para que vean la obra de la Revolución, porque cualquier persona honesta que visita Cuba, que recorra nuestras ciudades y nuestros campos, que conversa con el pueblo, es, con toda seguridad, un amigo de nuestra causa; es, con toda seguridad, un defensor de nuestra Revolución.”