Homenaje en Santiago de Cuba a próceres independentistas
Ofrendas florales en nombre del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, y del presidente, Miguel Díaz-Canel, fueron depositadas hoy aquí en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia a próceres independentistas.
También fueron colocados esos arreglos en representación del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo, y del pueblo de Cuba, en ocasión del aniversario 126 del reinicio de la guerra necesaria, ante José Martí como el principal organizador de la campaña libertaria.
La recordación de la significativa efeméride extendió el tributo a los aportes libertarios de los padres fundadores, Carlos Manuel de Céspedes, iniciador de las gestas independentistas; Mariana Grajales, la madre de la Patria, y del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro.
En Baire, poblado a unos 80 kilómetros de esta ciudad, donde tuvo lugar el alzamiento independentista, los lugareños evocaron la fecha, inscrita entre las más significativas en la historia de luchas libertarias de los cubanos.
Lo sucedido ese domingo de carnaval en la valla de gallos de la localidad, bajo la tutela de Saturnino Lora, fue acuñado como arrancada de la guerra del 95, pero fueron muchas y significativas las acciones desarrolladas en otros puntos de la geografía cubana y particularmente en la porción oriental.
Así fue en la localidad matancera de Ibarra, donde se levantaron en armas patriotas dirigidos por Juan Gualberto Gómez, al igual que en Guantánamo, con el alzamiento en La Confianza y el combate de Morrillo Chico, en el cual sobresalió el genio militar del general Pedro Agustín Pérez.
Trascendentes fueron los aportes de los generales Guillermón Moncada y Bartolomé Masó en los afanes insurrectos de esa jornada, con la cual se echaba a andar todo el engranaje dispuesto para reiniciar las luchas por la independencia.
Detrás de esas acciones estaba la inmensa labor organizativa y de proselitismo de Martí, quien fundó en 1892 el Partido Revolucionario Cubano como fuerza aglutinadora para conjurar las divisiones tan dañinas al anterior empeño libertario, iniciado en 1868.