Prestadme todas las voces
Traedme del sol un penacho de fuego
Del cielo la luz brillante de una estrella
De los más lejanos confines del cosmos
Huracanes
Traedme las espumas del silencio
Las rabias de las eternas multitudes
El cincel de la aurora
Traedme la esperanza sin cadenas
Los címbalos sonoros del esfuerzo
No tardéis en traerme la alegría
Venid a mí con el fecundo aliento
De los que lloran luz de los que sufren
Pero traedme también
la redondez de la semilla
La oculta timidez de la raíz profunda
La plata azul del corazón del monte
Traedme la increíble levadura
Que multiplica el pan
Dadme el pedestal de la Sierra Maestra
Y el blanco corazón del coco tempranero
Traedme el perfume de los bosques
Y la ardiente voz de los desiertos
¿No veis que estoy aquí adolorida
Con el rojo corazón a borbotones
Tratando de decirle al mundo
Lo que cuesta el amor lo que engendra la furia?
¿No veis que estoy anclada al grito
Sin voz para decirle el viento
Cuál es la estructura de los sueños?
¿No veis que estoy inerme
Con el aliento minúsculo
Apenas protegida por mi sombra
Tratando de alzar entre mis manos
La fuerza indetenible de la Historia?
¿No veis que estoy atónita
Tratando de decir que en este instante
Un jinete de amor y de ternura
No se cansa de luchar por la esperanza?
¿Tratando de decir que todavía
En un punto del mar
entre espumosa arena
Un Centauro de amor libra batallas
Sin reparar jamás en el cansancio?
¿No veis que es débil mi palabra?
¿Qué necesito de todos los latidos
De todas las voces
De todos los secretos de la vida
Yo que soy apenas una brizna
un aliento fugaz
Para decirle al mundo que nada está perdido
Que todo comienza donde termina el miedo?
Prestadme no más traedme todos los alientos
Mi escasa voz no alcanza para nada
Pues necesito decirle al mundo
Que en una pequeña isla de la Tierra
La dignidad del hombre está segura
Necesito gritar con mi palabra mágica
Que hay un árbol con raíces hondas
Sembrando en el corazón de los que sufren
Que seguirá creciendo sin descanso
Más allá de la muerte
Prestadme vuestra garganta hermanos
Mi agorrionda voz no alcanza
Para nada
Es preciso que todos comprendamos
Cuál es la importancia en este instante
de enarbolar la palabra
Mi sola voz no es nada
Del cielo la luz brillante de una estrella
De los más lejanos confines del cosmos
Huracanes
Traedme las espumas del silencio
Las rabias de las eternas multitudes
El cincel de la aurora
Traedme la esperanza sin cadenas
Los címbalos sonoros del esfuerzo
No tardéis en traerme la alegría
Venid a mí con el fecundo aliento
De los que lloran luz de los que sufren
Pero traedme también
la redondez de la semilla
La oculta timidez de la raíz profunda
La plata azul del corazón del monte
Traedme la increíble levadura
Que multiplica el pan
Dadme el pedestal de la Sierra Maestra
Y el blanco corazón del coco tempranero
Traedme el perfume de los bosques
Y la ardiente voz de los desiertos
¿No veis que estoy aquí adolorida
Con el rojo corazón a borbotones
Tratando de decirle al mundo
Lo que cuesta el amor lo que engendra la furia?
¿No veis que estoy anclada al grito
Sin voz para decirle el viento
Cuál es la estructura de los sueños?
¿No veis que estoy inerme
Con el aliento minúsculo
Apenas protegida por mi sombra
Tratando de alzar entre mis manos
La fuerza indetenible de la Historia?
¿No veis que estoy atónita
Tratando de decir que en este instante
Un jinete de amor y de ternura
No se cansa de luchar por la esperanza?
¿Tratando de decir que todavía
En un punto del mar
entre espumosa arena
Un Centauro de amor libra batallas
Sin reparar jamás en el cansancio?
¿No veis que es débil mi palabra?
¿Qué necesito de todos los latidos
De todas las voces
De todos los secretos de la vida
Yo que soy apenas una brizna
un aliento fugaz
Para decirle al mundo que nada está perdido
Que todo comienza donde termina el miedo?
Prestadme no más traedme todos los alientos
Mi escasa voz no alcanza para nada
Pues necesito decirle al mundo
Que en una pequeña isla de la Tierra
La dignidad del hombre está segura
Necesito gritar con mi palabra mágica
Que hay un árbol con raíces hondas
Sembrando en el corazón de los que sufren
Que seguirá creciendo sin descanso
Más allá de la muerte
Prestadme vuestra garganta hermanos
Mi agorrionda voz no alcanza
Para nada
Es preciso que todos comprendamos
Cuál es la importancia en este instante
de enarbolar la palabra
Mi sola voz no es nada